martes, 4 de mayo de 2010

Oda a la cochinada (esbozo de manifiesto)

(Moises-Rambo)

Que vengan de ningún lado
que chucknorris los bendiga
que sea como las nauseas de un bizco
que sea algo a lo que el buen snob gay pueda llamar arte
que se estiren las cadenas
que se alzan los brazos con vasos de cherrynol en las manos
que un ojo se abra desde la luna
que la cochinada nos inunde
que nos salve de los manifiestos baratos
que viva Charles Bronson
que la grasa crezca alegre, y con cebada, en nuestro abdomen
que el tiempo se detenga
mientras todas las razas y credos bailen el bam bam bilan
que el intelectual discuta, filosofe y discierna sobre Micaela
que la guillotina del buen cinico
despegue las cabezas del insensato
del que no se acepta
que se enraice la edad esperando a ver el primer carro volar
que se enraice la voluntad
que estalle la luna
que sea la sinfónica que nunca se oyó
que el humo de cigarro dibuje batallas de Jedi
que nuestra fantochada de condenados camine y se trague al hippie
al poeta con gorro
al cochino de barrio
al gay de instituto
esperamos el momento de ser héroes mientras reunimos para comprar el jugo de la locura y unos cuantos cigarros
que viva el rock peruano
le rogamos a jehová a alá y al dios pato
que por ningún motivo se vuelva a escuchar Moderato, ni Mana, ni Jonas Brothers
que nunca se nos envenenen los riñones con Ricardo Arjona
y porqué? preguntas tú, persona responsable y con futuro
por que valen menos que la saliva de dos muecos besandose
y me dirás
a caso ellos no son cochinos y adorables tambien?
tú intelectual
pues no
la cochinada enaltece cuando causa risa
risa de bárbaro comiendo pernil al lado de fogata
esta gente solo merece ser tragada por un gran ano
junto con los rebeldes de segunda mano
que de la tierra se les absorba
que solo queden los libres de elegir
la cochinada
los que ganaron
el triunfo
como se les dio la gana
que al final la risa
de nosotros
los de las bancas
los del vino
los de las letras con cojones
la risa es lo único que nos queda
como un eco hasta el infinito violeta
porque tenemos elegancia aunque dentro de cien años nadie nos recuerde.